
Estoy desde hace tiempo metida en el berretín del "soltar"... soltar kilos, responsabilidades, obsesiones, mecanismos... lastre inútil y perjudicial (¡y, qué mal se me da!)
Y, cómo no, también soltar los afectos. No se trata del desinterés del pasotismo, sino de la generosidad de dejar libertad para que el otro sea... lo que tenga que ser.
De acompañar más que dirigir, de estar sin empujar.
Mis niñas están volando... ¿cómo hago para dejar de temer y confiar?
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